¿Sabes cómo acallar tu voz crítica y ser autocompasivo?

10 de abril de 2018

Suscríbete al Blog

Te ocurre que te criticas constantemente y eso te hace poner tenso y te genera estrés.

¿Por qué te juzgas a ti mismo? ¿Eres muy exigente contigo mismo? ¿Inflexible tal vez?

Cuando te miras al espejo, ¿qué ves? ¿Qué sientes? ¿Amor o vergüenza?

¿Cómo sientes esa voz en tu interior? ¿La puedes escuchar? Que te produce esa voz, ¿estrés o paz?

Esa voz en tu interior activa el sistema de estrés en tu cerebro y te arrastra a estados negativos, impidiéndote aceptarte tal y como eres y quitándote la energía que necesitas para conseguir lo que quieres.

Esa voz crítica te debilita en lugar de darte fuerzas.

Según diferentes estudios, pasamos unas 14 horas del día hablando con nosotros mismos de forma mental. Es decir, tenemos unas 14 horas diarias de diálogo Interno.

Entre un 60% y un 80% de ese diálogo, es autocrítica.

¿Para qué lo haces?

La autocrítica se debe a que quieres sentirte seguro, y es un mecanismo evolutivo que favorece la supervivencia.

Cuando dejas de juzgarte de manera excesiva, cambias tu sensación de que todo está mal, todo lo haces mal, de que “algún día todo estará bien” y yo seré “perfecto” (lo cual implica que ahora eres erróneo).

Te podría decir que detectar tus errores y saber aceptarlos es positivo…!! Sin embargo, aceptar tus errores no es lo mismo que criticarte a ti mismo.

Te sometes a un maltrato cuando piensas que no eres como “deberías”.

La frustración por no tener las cosas exactamente cómo quieres, suele ir acompañada de un sentimiento irracional pero penetrante de aislamiento: es como si “tú” fueras la única persona que sufriera o cometiera errores; sin embargo, todos los seres humanos sufrimos. La propia definición de ser “humano” significa que eres  mortal, vulnerable e imperfecto. “Algo que todos pasamos” en lugar de ser algo que sólo me pasa a “mi”.

La atención plena es un estado mental no-crítico, receptivo en el que se observan los pensamientos y sentimientos tal como son, sin tratar de suprimirlos o negarlos.

No puedes ignorar tu dolor y sentir compasión por ello a la vez.

¿Saber aceptar tus errores y tus fallos puede ayudarte? Los investigadores lo llaman auto compasión, sentirte capaz de sentir compasión contigo mismo, y  poder perdonarte tus limitaciones y tus errores, implica abrir tu corazón a aceptarte tal como eres, con tus imperfecciones y tus errores, permitiéndote  tratarte con amabilidad en cualquier momento y especialmente cuando más lo necesitas. Es incondicional y te  reconforta en todo momento.

La autocompasión te recuerda que eres humano y que equivocarse es humano.

La autocompasión relaja tu sistema nervioso y optimiza la habilidad de tu cuerpo de sanarse a sí mismo.

Te permite sentirte conectado y seguro.

Te  relaja, te reconforta, te motiva al aprendizaje y al cambio y te permite tener una actitud sanadora ante cualquier fracaso.

Cuando sufres, probablemente te sientes rechazado o inadecuado. Autocompasión implica ser cálido y comprensivo contigo mismo, en lugar de ignorar tu dolor o flagelarte con la autocrítica.

¿Cómo puedes desarrollar esa voz autocompasiva hacia ti mismo?

Tú puedes darte la seguridad y el cuidado que necesitas.

Es importante que estés atento y reconozcas cuando estas sufriendo.

Puedes transformar tu monólogo interior autocrítico y convertirlo en autocompasivo.

Cuando te tratas con autocompasión el nudo de la autocrítica se va deshaciendo y aparece un sentimiento de aceptación y tranquilidad.

Conecta con tu cuerpo, arráigate y observa.

  • Observa las sensaciones de tu cuerpo en este momento
  • Respira profundamente y al exhalar ve aflojando y soltando las tensiones
  • Etiqueta la emoción que sientes en tu cuerpo (¿Es miedo? ¿Es tristeza? ¿Es enfado?)
  • Pregúntate que necesitas en este momento para eso que estas sintiendo
  • Y como podrías ofrecértelo a ti mismo
  • Observa si la autocompasión podría ayudarte en este momento

Basta con hablarte a ti mismo con amabilidad, con cariño y con ternura, como si le hablases a un niño pequeño que está herido.

Trátate con la misma amabilidad y cariño que tratarías a un ser querido.

Deja de juzgarte, evaluarte y etiquetarte como “bueno o malo” y acéptate con generosidad.

Comprende tus puntos débiles en lugar de condenarlos y criticarlos, es fundamental que los tengas en cuenta para aprender de ellos.

Date permiso para conmoverte emocionalmente con tu propio dolor.

Imagina un lugar tranquilo en el que tú te sientas seguro y a salvo.

Piensa en un amigo querido que te habla con amabilidad, y te consuela porque sabe que estás en dificultades.

Pon una mano en el corazón u otro lugar de tu cuerpo que te aporte tranquilidad, también puedes abrazarte a ti mismo.

Es una forma natural de fabricar oxitocina, la hormona del amor y el vínculo.

¿Qué puedes decirte desde la Autocompasión?

Este es un momento difícil y estoy sufriendo
Me amo y me acepto tal como soy
Que yo esté bien
Que yo esté libre de sufrimiento
Que yo esté en paz

Cuando aprendas a ofrecerte cariño y comprensión de forma habitual, también te sentirás merecedor de cariño, comprensión y aceptación.

Espero haberte sido útil y haberte acompañado con mis palabras…, estoy a tu disposición para cualquier cosa que quieras preguntar sobre este tema.

Autor: Josefina Díaz, formadora de Mindfulness, Bioenergética Cuerpo y Compasión

Suscríbete al Blog

1 Comentario

  1. Daniel Diego Tamai

    Muchas Gracias Josefina por estas palabras!!

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *