Hace 6 años vine a Barcelona para estudiar un Máster que me especializaría en tener una visión crítica de la Psicología, con una perspectiva de género, feminista e interseccional.

Esa fue una decisión importante para mí, ya que renuncié a una estructura que formalmente tenía mayor reconocimiento científico (la psicopatologización de malestares sociales) y me acerqué y seguí con una ideología política y personal que me permitiría vivir más libre.

Al inicio realicé voluntariados de acompañamiento con mujeres que habían sobrevivido a violencias machistas. Al mismo tiempo, estuve conviviendo con una persona mayor con Alzheimer haciendo intercambio para poder vivir en Barcelona. A partir de ahí, gracias a mi intuición y al apoyo que recibí, empecé a trabajar como psicoterapeuta acompañando a mujeres agredidas sexualmente, un trabajo que he ido desempeñando hasta la actualidad. Para tener una herramienta más específica en acompañamiento en el trauma, me formé en el Instituto Español de EMDR.

En 2019 sentí que ya no había vuelta atrás, que mi vida estaba aquí. Mantener este sentir fue lo más difícil, ya que me aparecían las dudas y la culpa de dejar atrás los vínculos que hasta el momento habían sido tan importantes. Fue entonces cuando decidí pedir ayuda al Centro Bioenergética Barcelona y comencé la psicoterapia, la formación en Bioenergética y Eneagrama, y la Formación en Bioenergética e Instintos; paralelamente, acudí al curso grupal de Bailando con Bioenergética. Todo ello me permitió conectar con mi cuerpo y mis emociones y seguir mi camino vital desde ahí.

Las dudas y miedos que pueden limitarme también me ofrecen la posibilidad de darme lo que estoy necesitando en cada momento, ya que cada pasito, acompañado de una mirada de amor mientras lo estoy dando, es lo que me ayuda a estar y avanzar desde el ser que soy. Desde ahí es desde donde acompaño profesional y personalmente.